18 de junio de 2013

"Todos somos cómplices de la exclusión".

El Centro Fonseca de La Coruña acogió ayer la presentación del libro "Con cartones por la calle", de Enrique Richard, que resume diez años de trabajo de voluntariado en el equipo de calle de Arrels Fundació. En el acto también estuvieron presentes Alfonso García, presidente de Cruz Roja, y Alfredo Asensio, miembro de la junta directiva y profesor de español de la ONGD Ecos do Sur, quien presentó a los ponentes.



Tratar de que los 'sin techo' abandonen la calle, con empatía y situando el derecho sobre la mera ayuda, es el objetivo a perseguir, según destacó Alfonso García, quien señaló también la importancia de exigir dignidad a la Administración. Parafraseando a Martin Luther King, señaló que "con que llevemos esperanza a una persona, habremos triunfado". Asimismo, destacó que para ayudar a los sin techo hace falta cuerpo a cuerpo, oído, ojos a los que miran, palabra y manos para dar. Todo esto estará presente, con más detalle, en su próximo libro, "Creemos en la esperanza".

Por su parte, el autor de "Con cartones por la calle", Enrique Richard,  quien se definió como educador en la calle, afirmó que ya son 250 los voluntarios de la Arrels Fundació. Su labor comenzó con los movimientos obreros en la parroquia barcelonesa del Raval, para posteriormente trabajar en el logro de la autonmía de las personas que viven en la calle.

La presentación estuvo salpicada de ejemplos e historias de vida, como la del sin techo que logró que el Ayuntamiento de Barcelona le otorgase una casa donde poder vivir con sus tres perros, o la de Antonio, a quien lograron llevar a una pensión y posteriormente a una residencia de Arrels. El autor profesa verdadera comprensión a los sin techo, quienes "no están dispuestos a volver a fracasar". Enrique Richard denunció a un sistema que expulsa y culpabiliza, aunque afirmó creer en el Derecho. 

"Todos somos cómplices de la exclusión", afirmó el autor, quien destacó también que su labor no es beneficencia ni solidaridad. "Es Justicia", matizó, y se despidió con un recordatorio a su labor de diez años, que comenzó en 2003, escribiendo sobre sus experiencias en la calle, para en 2007 redactar un blog y en 2010 recopilar el presente libro su labor de voluntariado en las barcelonesas Sagrada Familia y casco antiguo.

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